Se recomienda escuchar “lo mejor de los ochenta”, en casette, para disfrutar esta nota
Son las primeras horas de la mañana y el calor empieza a sentirse poco a poco. El bus que llevaba a los periodistas a cubrir el estreno de “Cocalero” había partido de La Paz el día anterior. El poco placentero y largo viaje debía hacer una parada obligada en Cochabamba, para recoger a los medios locales que también iban a cubrir el estreno. Ahí entramos nosotros.
Lo poco que se pudo dormir en el viaje fue interrumpido en la tranca por un perro “entrenado”. Su amo lleva una extraña polera (¿coincidencia?) que dice “K-9-1987”. El perro huele, placenteramente, a todos y luego se baja del bus.
Ya en Villa Tunari nos quedamos en un Hotel, a esperar al Alejandro Landes, para hacerle las notas y así terminar pronto, para poder así ir a almorzar un buen surubí. Un encargado de la presentación de la película nos dijo que Landes llegaba en media hora. Casi dos horas después el mismo encargado nos decía que Landes estaba en Lauca Ñ y que no iba a venir a Villa Tunari. Debíamos partir a Lauca Ñ.
¿Cuál es su nombre?
Ya en Lauca Ñ Landes concede una improvisada conferencia de prensa en un rústico lugar, construido de madera, sin paredes y techado con calaminas que habían visto mejores días. Según el director éste era el lugar donde se reunían los representantes de las federaciones del trópico antes de que se construya el imponente coliseo del frente.
A medida que pasan las horas el calor se hace sentir con mayor fuerza. Se lo puede notar en los rostros de los periodistas que vinieron de La Paz, Cochabamba, de otros lugares, donde sea. Las gotas de sudor crecen en número, se unen en frentes y cuellos, dejan una marca de humedad en la ropa, mientras los periodistas tratan de continuar con su trabajo, pese a que ya no saben cómo refrescarse, o liberarse siquiera por un instante del sofocante clima.
La conferencia continúa. Los primeros en preguntar son los de la televisión. Las preguntas van perdiendo lucidez, convirtiéndose un verdadero desafío responderlas. La conferencia terminará cualquier momento, ya nadie hace preguntas. Los equipos empiezan a ser desmontados, creando un silencio entre los periodistas que revisan sus notas y los camarógrafos que guardan su equipo. De repente entre el silencio que anuncia el fin de la conferencia se escucha una voz: ¿Cuál es su nombre? con una mirada de incredulidad el “director de la película en la que actúa Evo Morales” responde. El silencio continúa, los periodistas se marchan, Landes se queda a coordinar los últimos detalles de la función de esta noche, todo debe salir perfecto.
Down Under
Son las cinco y media de la tarde. ”Down Under” suena en la radio del taxi que nos transporta de Villa Tunari a Lauca Ñ cuando, de repente, un improvisado control en medio de la carretera, compuesto por una precaria señal de stop y dos soldados de Umopar, detienen el vehículo para revisarlo. Los soldados piden al taxista que abra la maletera. La abre. Observan con bastante prisa y nada más. El “control” duró algo menos de dos minutos. El taxista vuelve, pone “Down Under” otra vez a tocar y partimos nuevamente, a proseguir con estas aventuras de Realismo Mágico en tierras chapareñas.
Mientras el día va terminado la expectativa de casi todos los habitantes del Chapare crece proporcionalmente. Esta es la primera proyección en pantalla gigante en el trópico cochabambino. Antes de ella el cine, para los habitantes del Chapare, era una pantalla de un poco más de veintinueve pulgadas, que pasaba películas de acción y artes marciales de los ochenta, justo en el auge de los “grandes” de este género, como Van Damme y Chuck Norris.
El día en que mi padre me llevo a conocer el cine
La noche ya ha caído. El coliseo está repleto de periodistas, invitados especiales y toda la gente que espera ansiosa ver por primera vez una película en pantalla gigante. Los equipos son revisados minuciosamente. Landes camina de un lado al otro comprobando los detalles técnicos y estéticos de la presentación, así como del otro documental que estaba grabando, sobre la proyección de Cocalero en Lauca Ñ.
El tiempo pasa y de repente la gente se aglomera en la puerta lateral del coliseo. Los periodistas forman un grupo aparte, mientras la seguridad presidencial trata de abrir espacio para que circulen Evo, el embajador de Cuba y Santos Ramírez.
Luego de las palabras de bienvenida por parte de los ejecutivos de las federaciones y del director, da comienzo la función. Un silencio extraño se apodera del recinto. Los lugareños no podían esconder una sonrisa infantil, inocente. La alegría de una nueva experiencia. De reír, llorar, silbar, aplaudir, asustarse y alegrarse con lo que ve en la pantalla.
Esa pequeña risa contenida circulaba el lugar durante toda la función. Ya sea dentro el coliseo o fuera de él, donde también se habilitó una pantalla para que todos pudieran ver la película. El mundo era, como pocas veces, justo con todos. Maravillosamente justo, en medio del paraíso, a 37 grados, rodeado de selva.
Durante la película se escucha entre el silencio “mirá, ahí estoy yo” con un tono de orgullo, seguido de largas carcajadas. El cinema verité nunca estuvo más cerca de ser eso que ahora. Una película familiar, eso es lo que estamos viendo.
Luego de ver a sus líderes y a su lucha como movimiento en una pantalla gigante, llega a su final la película. El lugar se llena de aplausos, risas y mucha alegría. Observar los rostros sonrientes y felices de un grupo de personas que han pasado por una infinidad de malos momentos es una sensación indescriptible, que acerca al llanto. Y pensar que se creo un hecho anecdótico, que muchos recordarán por mucho tiempo, la vez que vieron una película en su pueblo, por primera vez, acompañados de Evo, en la noche más alegre que pasaron. Sólo el cine puede lograrlo. Sólo el cine.
El director de "Cocalero", Alejandro Landes, y el boliviano Martín Boulocq, rodando un documental, dirigido por el segundo
2 comentarios:
Hola... y qué tal el documental?? ya hay que pensar en ponerlo en la Red para que llegue a los que estamos fuera.
Y otra cosa, qué documental está filmando Martín??
Me parece excelente el trabajo que han hecho con este documental, la verdad siempre hay que hecharle ganas al asunto. Sigan adelante y mucha suerte.
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