jueves, febrero 07, 2013

Los mejores discos latinos de 2012 (IV)


4. Los Evangelistas – “Homenaje a Enrique Morente”


Dos de los discos más importantes de la historia reciente de la música española, "Omega" (1996) y "La Leyenda del Espacio" (2007), tienen una cosa en común: su aliento es el de Enrique Morente. También comparten el hallarse en la compleja intersección del space rock y el flamenco, un cruce que dio lugar al mestizaje más estimulante que ha experimentado la música popular española en mucho tiempo. El primero fue grabado por Morente y los granadinos Lagartija Nick, y está algo más cerca del flamenco heterodoxo que del indie, mientras en el segundo el cantaor granaíno se sumó a sus paisanos de Los Planetas para engendrar lo que desde entonces se denomina psicodelia jonda, un experimento noise pop de raíces profundas. A finales de 2010 tanto Morente como Antonio Arias de Lagartija Nick y J, Florent y Eric Jiménez de Los Planetas se disponían a grabar un disco nuevo, cuando la muerte sorprendió a Enrique Morente, postergando definitivamente el proyecto.

Lo cierto es que la pérdida de Morente va más allá de ese hipotético tercer álbum. El granaíno era una figura en verdad titánica e irrepetible: sin discusión, fue uno de los cantaores más dotados si se lo mide con parámetros ortodoxos, pero también era el más inquieto explorador del género. Hay que recordar que ni el propio Camarón fue capaz de mantenerse en la vanguardia, reculando luego de la pobre recepción de "La Leyenda del Tiempo" (1979). Morente no sólo tuvo el coraje de perseverar en ese camino, sino que se permitió ser arqueólogo (adaptó textos de poetas del califato como Al-Mutamid, rescató palos relegados al olvido), se adentró en terrenos de la composición contemporánea (en un disco homenaje a Picasso usa el mecanismo de un reloj como base rítmica, supo recuperar a Leonard Cohen y al Lorca neoyorquino para la cantera jonda) y se postuló como rockero vanguardista (colaboró en más de una ocasión con Sonic Youth). Y además consiguió todo esto sin perder el aplauso del público. Tocados por su ausencia, los músicos con los que estaba a punto de grabar en 2010 decidieron juntarse y rendirle un homenaje, al tiempo de saldar esa deuda que se inventó la inoportuna parca.

De ese impulso surge este disco de aire místico y doliente, casi un réquiem. El peso emocional de la ausencia de Morente genera una solemnidad a momentos impenetrable. Pero ese aire litúrgico no equivale a monotonía, pues bajo las nubes de incienso (y distorsión) despuntan delicados detalles, como los aires moriscos de "Serrana de Pepe la matrona". Translucen también los momentos de sangría sentimental típicos de la discografía de Los Planetas, y que tan bien han sabido acercar al flamenco por su cuenta, cosa que aquí se encuentra en "Encima de las corrientes" o "Amante". Lo mismo pasa con "Yo poeta decadente", que Antonio Arias hace propia a pesar de estar su registro vocal tan lejos de los metales clásicos del flamenco. En tal dirección, el punto más notable lo alcanza "El loco", un martinente que Morente no llegó a grabar, con el que tal vez por eso Los Evangelistas se permiten más libertades, creando una gema noise pop a la altura de Wire.

Es esa canción la que más promete, al sugerir la suerte que podrían correr palos menos sombríos en manos de Los Evangelistas. Es justo a partir de este tema, en el último tercio del disco, que se rompe la opacidad hasta entonces dominante. Un espíritu algo más abierto asoma, que perfeccionan "Alegrías de Enrique" y "Donde pones el alma", reconfortantes al hablarnos de un paradisíaco más allá en lugar de los sepulcros evocados por las primeras canciones del álbum. De ese modo se cierra un trabajo en el que estamos acompañados ya no por la curiosidad insaciable del maestro del Albaicín, sino por su legado. Completando el tríptico indispensable para entender la interacción entre la vanguardia rockera y el flamenco, Los Evangelistas se ven forzados a encarar la responsabilidad de haber heredado tanto de Morente. Los resultados son auspiciosos y este "Homenaje a Enrique Morente" parece un primer paso a la altura del disco que promueve a Los Planetas y Lagartija Nick de discípulos a evangelistas.



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