lunes, abril 20, 2009

Navegando por el mar de los lugares comunes

Reconocer a Ed Wood como el peor director de todos los tiempos se convirtió en una suerte de sapiencia popular, aunque la mayor parte de nosotros se enteró de eso gracias a la ayuda de Tim Burton y no por iluminación divina, como muchos quisieran afirmar. Resulta extraño pero el nombre del infame realizador es más citado que los mejores y más laureados del rubro. Esto ocurre porque se da un fenómeno bastante extraño cuando uno presencia una película realmente mala. Un film bueno te cambia la vida y se queda, en breves momentos, en la memoria a corto plazo hasta que es reemplazado por otra gran obra, que sucederá a la anterior en ese inexplicable lugar de nuestra materia gris; con una mala ocurre que no se genera ningún cambio en nosotros, pero atesoramos sus momentos porque serán nuestros referentes para comparar cualquier acto de estupidez acaecido en el mundo, o sólo para reírnos de la ineficiencia de algunos para crear verdaderas obras de arte.

Pero Wood nunca estuvo solo en el mundo. Hay cientos, sino miles, de directores que se lucen por realizar grandes obras de mal gusto, en cualquier parte del globo. Es más, a veces resulta mucho más fácil hacer algo estúpido porque, aparentemente, no se gasta en exceso la energía mental, se arranca, en cambio, carcajadas de algunos espectadores y se consigue un moderado dinero, que será invertido en otra pésima película que buscará los mismos objetivos, creando un ciclo que parece no tener fin. La autogestión o astucia para conseguir a desubicados mecenas es el generador de toda esta espiral.

Bajo esa lógica muchos quedan felices, los realizadores en especial porque siempre tendrán asegurada la fuente para el desarrollo de sus obras y los mecenas, que no desistirán de afirmar apuestan por virtuales clásicos de la pantalla. Además debemos tomar en cuenta un factor descomunal: el sentido de sofisticación. Qué cosa más deliciosamente excéntrica es financiar un film. Recibir el reconocimiento de ser una persona que está al tanto de la cultura y la moda puede ser algo tan codiciado en un país como éste que incluso puede adquirir varios fines políticos y de manipulación ideológica.

No es casualidad que política y cine siempre estén relacionados. Y es en ese lugar dónde se generan muchas controversias y discusiones sobre el verdadero rol de esta forma de entretenimiento. La flamante película, o collage de cortos sin ningún hilo conductor más que el alcohol y la misoginia, de producción tarijeña Historias de vino, singani y alcoba presenta en el fondo una suerte de apología a un estilo de vida social y político en total decadencia, llegándolo a pintar como algo que en el fondo está bien sólo porque es gracioso y picaresco. Además este film nos ofrece una obra digna de Wood, no por las bizarras temáticas de ciencia ficción, sino por las pretensiones de su realizador, que se jacta de ser el mejor educado (en términos de lenguaje visual) del país y que sus creaciones quedarán inscritas en lo más alto del cine nacional.

Si tomamos en cuenta aquel senador tan déspota, machista y mujeriego presentado en la producción y le agregamos una gran variedad de insultos (¿cuán gracioso es decirle “hija de puta” a la esposa?) podríamos encontrarnos con el escándalo, pasado o presente, de cualquier miembro de esta honorable cámara. Utilizar los problemas de pareja para hacer comedia resulta bastante delicado porque existen varias situaciones que es mejor dejarlas en los rincones más oscuros de la cabeza, todos sabemos lo absurdamente complicado que puede ser llevar un noviazgo. Sin embargo, ¿será correcto presentar a la infidelidad (venida de ambas partes) como algo tan simple y cotidiano? Se dice que la gente disfruta de la comedia porque ésta refleja cosas que son muy suyas, pero ¿Estará bien reírse de personas con la misión de probar que la embriaguez, el cuerneo, la misoginia y los derroches de personas (con inclinaciones políticas bien definidas) están bien y que no podemos hacer nada contra esos problemas sociales más que reírnos porque en el cine nos lo mostraron como algo hilarante? ¿No será que los imbéciles somos nosotros por creernos esas inverosímiles historias que no son más que las fantasías de un despreocupado?

Muchas risas se arrancaron gracias a las destrezas de ese patético senador, pero su aporte no fue uno más de las muchas historias que conforman esta extraña producción. Plagada de chistes malos basados, en su mayoría, en el alcohol y sexo, la película va dibujando los perfiles de personajes cuya mayor preocupación es seguir vivos para poder chupar un día más y, si tienen suerte, irse a la cama con alguna mujer. La vida banal que llevan los participantes no hace más que probar que en ciertas partes del país las cosas son totalmente relajadas y no hay porque preocuparse. Lo que otorga la impresión de estar viviendo en un lugar común más que en una tierra etílicamente embrutecedora. El hecho de pasar los días bebiendo, jodiendo a mujeres y utilizándolas como simples objetos dispuestos a contraer relaciones sí o sí, así como también los escándalos públicos de un pequeño pueblo, son recursos utilizados en cualquier película sin norte alguno. Proyectar historias hechas sin ninguna intencionalidad aparente es bastante dañino, ya que los espectadores entrarán en un letargo, el mismo que ocasiona el alcohol o el amor, sólo que esta vez conviene más porque, en épocas electorales, hay que ganar más adeptos del estilo de vida que impone la película. O tal vez el mensaje oculto de todo esto será mostrar los encantos de cierta tierra y sus atormentados habitantes. ¿No será este un producto turístico para promover una suerte de asilo para todas las personas que creen vivir todavía en una sociedad regida por el cinturón y la bacanal, formas tristemente relacionadas con un decadente estrato social y político que agoniza cada día más?

Muy pocos directores han conseguido crear situaciones cómicas a partir de la sexualidad. Lamentablemente en Historias de vino, singani y alcoba no sucede eso. En esta producción el sexo no es más que una urgencia masculina que debe ser resuelta cuanto antes, en una cuasi maquiavélica situación donde el fin justificará los medios (prostitutas, viagras, chuflays, tragos adulterados y otras barbaridades más). El abordaje de los temas íntimos es de muy mal gusto, resumiendo todo con tontos chistes, dignos de cincuentones verdes que beben en algún bar del centro cualquier viernes de soltero. De acuerdo a Michel Foucault, la heterosexualidad de nuestros días cuenta con dos etapas. Primero el cortejo, generalmente de hombre a mujer, y la culminación de éste proceso con el ansiado sexo. Este complicado procedimiento parece no importar mucho en el film, ya que los personajes recurren a las más patéticas formas de acercamiento con el cliché de mamitaaa, ricotitaaa, eres la única para mí, es mi primera vez y el fraudulento te amo mucho mi amor. Y si no llegaban a funcionar éstos poco dignos métodos de conquista, siempre queda la chance de utilizar el caribean night para que la mujer se rinda sin el menor esfuerzo ante los caprichos y parafilias más extrañas de su amante. De todas maneras es necesario reconocer que existen producciones donde situaciones mediadas por el sexo, y el alcohol, pueden ser bastante graciosas y no rayar en lo vulgar, sin embargo este film no lo dirigió o escribió Apatow y tenemos que conformarnos con resultados bastante negativos.

Resulta muy importante preguntarse si este es el cine que refleja como somos, vivimos y bebemos. Apologizar a una forma de vida que cada vez está en picada por cuestiones políticas, puede llegar a ser interpretado como el último recurso de algunos para quedarse en el imaginario del público. Explotar a la mujer en términos tan retrógrados no hace más que probar que en ciertos asentamientos continúan siendo tontos de lenta evolución. Es cierto que a todos nos encanta el alcohol, ¿pero hasta qué punto la vida de los espectadores es tan parecida a la presentada en el ecran? Admitámoslo, nuestra vida nunca es ni será así. La charlatanería llega a su máximo esplendor cuando nos quieren hacer creer que eso es nuestro reflejo. De todas maneras hay que tener bastante cuidado con éstos productos, porque no hacen más que conseguir ese codiciado statu quo que facilitaría las cosas a muchas personas en el país. Esperemos no entrar en aquella lógica de embrutecer al público por medio de la pantalla grande, para que no sepa que fuera de la sala todo está en llamas.



8 comentarios:

El cuervo dijo...

bieeeen Luis!!! De acuerdo en todo, aunke no he visto ninguna de las pelis paisanas. Pero unas lucidas mujeres chapacas el otro dia me expresaron su indignación: era el colmo como se “representaba” a la mujer tarijeña (un lugar común duro, ke ya medinacelli denuncio post guerra del chaco) en esta pelicula. No hay derecho che!!! Y claro el peligro mayor es ke se haga cine idiota e idiotizante. Grave, ni sala de cine hay.
Un abrazo

Anónimo dijo...

mediocridad..!idiota e idiotizante"..creo que es correcto...no podemos seguir aplaudiendo cualquier estupidez..bueno..valoro que se hagan películas en Bolivia..pero no apruebo la boludez con que se las hace..uno, por amor propio..mejor hubiese sido pensar buen las cosas y ver de armar un guión interesante, importante, sustancial donde las historias sean historias, es decir, se entrelacen, se mezclen y no queden en el aire...segundo..por nosotros mismos..por respeto al público..nos somos idiotas..si queremos que el cine nacional resurja..hagan cosas interesantes..tienen los medios para hacerlo..hagan cosas que la gente, verdaderamente se sienta atraida y orgullosa por lo que se hace y no, digan: es boliviana y ya...ese conformismo nos hacen sentir y ser malos..
el ego de los actores "tarijeñenses" es otro absurdo que ni clases de actuación hacen..por dios..aguantarlos es patético..ya ni caminan, ahora vuelan..son lo máximo..además de hacer un cine estúpido..tenemos que soportar a estos pelotudos q se dicen actores..son como la película y su director..nada humildes..

David Mamani Cartagena dijo...

lo malo es que en nombre del costumbrismo o la idiosincracia de determinada región se haga semejante paja, a ver puristas de la tradición chapaca, digan algo, reaccionen o es que pa eso también son lentos.

David Mamani Cartagena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rodrigo Antezana Patton dijo...

Tus asociaciones políticas, diría, son completamente innecesarias y fuera de lugar. Dicho eso, te cuento que una de las personas más ricas de la farándula, y la que más ganó el año pasado, es Tyler Perry.

Un tipo que ha hecho películas que, parece, le sacan una úlcera a los críticos de cine que van a verlas. Al país no han llegado al cine, no hay quién las distribuya.

Parte de su premisa es que se trata de un hombre interpretando a una mujer negra, Madea. Parece que el tío este, Tyler, salió del teatro popular, de ahí, al cine pa' masas. Sus películas son muchísimo más baratas que el monto de dinero que les ingresa.

Ahora. La pregunta que yo me hago, es, ¿si la gente ve estas tonterías, que lo son, porque no tiene otra opción mejor, o porque en verdad les gusta consumir tonterías? Me refiero a que resulta bastante difícil hacer una buena tontería, y la gente quiere relajarse, divertirse; pero, no hay comedias buenas como opción. ¿será?

Yo diría que sí, junto a que hay una cultura bastante fuerte del mal gusto.
salu'.

Anónimo dijo...

Nuevo cine exitoso, viejo zorro mañoso

En los dos ultimos años se estrenaron dos peliculas provenientes de Tarija, Dia de Boda y Historias de vino...., las que a su turno fueron calificadas unanimemente como dos bodrios y lo peor que se hizo en el cine nacional. Eso no es grave, es una cuestion de gustos y de ineptitudes, pero las cosas no quedan ahi, sino que el obeso director de ambos engendros se autocalifica como el mejor director, el mejor productor, el mejor guionista y asegura que el hace no solo el mejor cine sino un cine exitoso comercialmente y que los demas son unos ineptos que no logran ganar plata con sus peliculas y que por eso viven llorando.
Por eso decidi averiguar un poco mas sobre este milagro cinematografico y las respuestas que obtuve de los propios tarijeños son contundentes:

1. El celebre director recibio 130.000 dolares, si de los verdes, para su primera pelicula de la Prefectura y 30.000 de la alcaldia para la segunda, además de sonsacar dinero a muchas empresas regionales, un afectado me dijo que eso es como un soborno para que no lo molesten Asi se gastan las regalias en una region que tiene infinitas necesidades. Solo para mostrar las beldades y la miseria humana de una clase social que ya esta herida de muerte.

2. Estas peliculas se hicieron con fondos, recursos y personal de la ONG que está matando el afamado cineasta que ademas se pinta de ambientalista. Se usaron vehiculos, viaticos, personas, instalaciones y el equipo que una financiadora dono para que se hagan cosas educativas, este tipo se lo apropio y lo usa comercialmente en contratos con la prefectura a cambio de otras favores muy delicados. Hay recibos de los viajes que realiza este selor con fondos de la ONG para promocionar su pelicula y además viaja bien acompañado...

Aqui tiene que decir mucho el Ministerio de Transapatencia, que esta en manos de un tarijeño, las ong que estan en la mira por casos de corrupción y la ciudadania que no puede soportar estos hechos de corrupcion cuando necesita centavos para solucionar sus temas de salud y educacion. Habra que averiguar quienes son los financiadores de esta ong para avisarles que se esta haciendo con su dinero y como este vivo se aprovecha de dineros y bienes que supuestamente vienen para los mas pobres.

Hay gente que desde la misma ong esta denunciando en privado estas cosas, pero no se animan porque este señor hace lo que quiere. Pero bueno aqui comienza una serie de denucnias contra este y otros vivos.

Juan Cinefilo

Anónimo dijo...

Estimado, por fin encuentro un artículo interesante sobre este desastroso cine tarijeño, que quiere representar disque a Tarija, como chapaca me sentí ofendida de ver semejantes "cosas" y al hacerle mi comentario cara a cara del director de que era totalmente machista e irrelevante, su respuesta me sorprendió aun mas cuando me dijo que el mas bien lo veía como un homenaje a la mujer, me indigna y me enfurece saber que encima gana plata de hacer esto. Todo lo que manifiesta Juan Cinefilo es una absoluta verdad, se utilizan fondos de medioambiente para hacer estas peliculas, y ahora se viene la tercerita...

xl pharmacy dijo...

Buena comedia, hasta las fotografias fijan la comedia y la realidad de la actualidad las mujeres conquistando chicos y a ellos les encanta