sábado, agosto 18, 2007

Tony Wilson en 100 palabras

No es que esperemos que vivan eternamente, aunque de alguna forma lo hacen, pero que tantos decesos se acumulen en un año no es buena señal. Al momento de escribir esto me entero de la muerte de Max Roach, legendario baterista de jazz, pionero entre pioneros. Sumémoslo a Antonioni, Bergman, Fontanarrosa, Vonnegut, Tony Wilson, Mike Wieringo, Lee Hazlewood, Albert Ellis y Jean Baudrillard. Francamente, un año de mierda.

El cerebro detrás de la generación post-punk ha muerto. Tony Wilson, más empresario que promotor musical, personaje antes que negociante artístico, fue padrino espiritual de Joy Divison, Happy Mondays y el sonido ácido-bailable salido de “las islas” a finales de los ochenta y principios de los noventa; apostó siempre por contratos justos, en apoyo incondicional a sus músicos, pagando esto con la permanente quiebra. Pero Factory Records, su disquera, obtuvo de él actitud y sangre, haciendo de Manchester un núcleo creativo global.

La Haçienda queda sin patrón, mas gracias a Wilson, Madchester siempre será una fiesta. Suerte, dueño del futuro.


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