martes, mayo 09, 2006

Viciadas Variaciones sobre una Valiente Villanía


Ya lo dijo con mucho acierto la “Rolling Stone”, hoy estamos en la era del “Hollywood de Teflón”, nada se te ‘pega’, toda película parece querer contar una historia (si acaso) lo menos comprometida posible. Y aunque el año pasado vimos la politización de un sector de la industria (sus productos son las premiadas “Good Night and Good Luck”, “Syriana”, por nombrar alguna), todavía los esfuerzos por confeccionar un lenguaje cinematográfico que se constituya en vehículo ideológico son aislados y poco significativos (recordamos hoy con nostalgia a Sergei Einsenstein o a Jorge Sanjinés). Es en este contexto que la aparición de una película basada en una novela gráfica que exalta el terrorismo y la anarquía como medios de batalla contra un estado opresor no puede dejar de llamar la atención.


“V de Vendetta”, como yo conocí está magnífica obra escrita por Alan Moore e ilustrada por David Lloyd, en la económica y justa edición de la ahora extinta editorial española “Zinco” (por eso me cuesta tanto llamarla “V de Venganza”, nombre que suena al más chabacano ejercicio de fundamentalismo léxico), nos presenta una distopía en el mejor estilo Orwelliano, condimentada con un discurso a momentos propio de la narrativa Victoriana que con tanta delectación cultiva Moore (bien hizo nuestro querido “Ojo de Vidrio” al sugerir paralelismos Chestertonianos en esta Novela Gráfica). Pero el comentario del “comic” lo reservaremos para una ocasión posterior, pues ahora nos disponemos a ‘diseccionar’ la película basada en él, y que hace algunos días está en cartelera en nuestra ciudad (como en casi todo el mundo).


Alan Moore siempre se ha caracterizado por el ritmo “cinematográfico” de su narrativa, y el medio del comic se le ha dado muy bien para explotarla, haciendo del autor una verdadera leyenda viviente, considerado el mejor escritor de comics de todos los tiempos. Naturalmente sus trabajos siempre han estado bajo consideración para ser transformados en filmes. Y ha sucedido ya con su “League of Extraordinary Gentlemen" (de pobrísima y casi insultante factura), “Constantine” (bueno, si somos rigurosos es como decir que “Batman Begins” se basa en una obra de Bob Kane) y la algo más digerible “From Hell” (que sin embargo no le podría hacer sombra a la grandiosa y casi inescrutable obra de Moore).


Es ante los pobres resultados (cercanos a la carnicería más flagrante) que han tenido las adaptaciones de los trabajos de Moore que el maestro ha decidido retirar definitiva y absolutamente su nombre de toda transmisión cinematográfica que se haga de sus creaciones, en un movimiento que además de costarle una indecente suma de dinero podría dar fin con su carrera en el mainstream del comic americano, pues la todopoderosa Warner Media que controla gran parte de las adaptaciones hechas al cine de su obra, también es la casa matriz de la celebérrima editorial comiquera DC Comics. Entonces no vayan a sorprenderse cuando lean el título “Basado en una Novela Gráfica ilustrada por….” de hoy en adelante al ver una película basada en alguna creación de Alan Moore.


Pero ocupémonos de la película en cuestión. Lo peor que uno puede hacer en casos como estos, y hablando de adaptaciones en general, es procurar encontrar una trascripción por lo menos fiel al material original. Y lamentablemente esta no es la excepción que confirma la regla. Quizás las expectativas y temores que formé llegaron a ser tan igualmente altos que logré entrar al cine en estado “neutro”, sin saber casi que pensar al respecto. Sin embargo, cuando salía del recinto, algo más de dos horas después, pude comprobar con tristeza que la experiencia había sido felizmente ‘amortiguada’ por una poderosa canción de los Rolling Stones (“Street Fighting Man”, muy bien puesta en ese preciso momento y lugar) que cerró la película agregando una nota agradable que me mantuvo escuchándola completa, parado en medio del pasillo. Otra vez asistímos a una decepcionante película que no le hace justicia ni pálidamente a su fuente original.


La película se ha pensado para ser presentada a una audiencia tan heterogenea como la contemporánea, y además ajena por completo a la historia de V. No puedo asegurar si eso la hace más comprensible o no, pero me pareció que tendió a tergiversar demasiado de la misma, cuando debería haber pretendido traducir más que interpretar lo ya hecho por el autor de la obra original.


Me explico, la sutileza que destilaba el comic de Moore (a momentos sobrecogedora) es sustituida por una grandilocuencia casi paranoide. Por ejemplo, en la película V adquiere fama dando un bonito discurso (patadas de kung fu, movimientos antigravitatorios y disfraces de Guy Fawkes que aparecen por arte de magia de por medio) en la televisora nacional, transmitido en vivo en el living de todos los millones de ingleses enganchados a la única señal existente en la TV en el país. Con Moore V cobra notoriedad a la antigua, lentamente y por medio del infalible “boca a boca”, con más acciones y palabras que estallidos o apariciones mediaticas. Otro ejemplo, el temor que genera el estado totalitario en la novela gráfica es palpable y comprensiblemente plausible, mientras que en el régimen presentado en el film es más bien risible, y no representa casi amenaza, más allá de las implícitas restricciones con las que hoy, en los días de Bush y compañía, ya vivimos cotidianamente. Y así podríamos seguir con una notable cantidad de ejemplos.


Si algo es imprescindible para lograr una buena película que adapte otro texto no fílmico es el guión, cuyo trabajo estuvo a cargo de los hermanos Wachowsky (of Matrix fame), quienes de alguna forma tomaron la idea central presentada por Moore, algo de los personajes, mucho de las circunstancias y tejieron una historia un tanto mejor que sus secuelas a The Matrix, pero todavía muy alejadas de la solidez de la obra original, que pretendían adaptar con absoluta fidelidad, siendo fanáticos declarados de la misma.

Quizás su principal defecto como fuente narrativa está en ese empeño por redondear las historias, atando muchos cabos que Moore dejó sueltos deliberadamente o simplemente evitó tratar y que le daban punch a la historia. Buena parte del argumento original estaba envuelto por misterio, e inclusive el final es mucho más abierto que el encontrado en el film. Esto no porque se trate de una diferencia respecto al comic, sino porque hace de la película demasiado explicada, casi pedestre en su afán por dejar todo completamente claro y compacto.


Continuando en el análisis del guión, si bien uno de sus meritos (peligroso pero solventado sin demasiados problemas) es el tener suficientes agallas como para detener la los piñazos y explosiones y mandarse unos ‘excesivamente abundantes’ discursos, esto si se considera que la película fue vendida como una “de superhéroes”, “de acción”, “de los creadores de The Matrix", etc. Tal vez por eso, hacia la mitad de la película y ante la escasez de sangre y violencia gratuita, un grupo de espectadores comenzó a silbar y hasta a marcharse. Otro problema completamente distinto es el que atañe a la calidad y contenido de los diálogos que sustituyen la matanza esperada en cuestión.


A pesar de estas y otras ‘buenas intenciones’ la profundidad política de la cinta se queda en un discurso anarquista muy cercano en su trascendencia al de los Sex Pistols, cuando por el contrario el V “original” se explayaba en 'didácticas' explicaciones de teoría política sin hacerse denso o molesto, o deleitaba a su “publico” con tremendas menciones del “País de Jauja”. Debo reconocer que hasta a momentos, mientras leía cada capítulo de la novela gráfica, me sentí urgido de buscar las fuentes originales para comprender completamente el subtexto de algo tan “banal” como una historieta, imaginarán porque este trabajo es considerado como fundacional para el comic adulto contemporáneo, pero esa es evidentemente una historia distinta. Otra prueba de la grandeza de Moore alcanzada en “V de Vendetta” radica en aquel elemento, que se transforma aquí en una seguidilla de bombardeos inocuos, discursitos por la tele, proyección de películas antiguas, freír huevos y jugar a las espaditas con un maniquí. La diferencia salta a la vista.


La dirección, encargada al debutante James McTeigue, no presenta demasiados problemas, más bien hasta tiene algunos aciertos. Como el manejo de la iluminación, del encuadre y demás tecnicismos, que junto con la dirección fotográfica logran construir un retrato (literalmente) de V bastante efectivo. Y es que trabajar con una máscara inerme y tratar de comunicar emociones e interpretación histriónica no es cosa fácil, y tal mérito debe reconocerse en la cinta. A pesar de todo, más allá de algún momento de “bullet time” muy innecesario no le encuentro defectos a la dirección, eso sí, muy justa en sus recursos. Como se evidencia en la conjunción de “acción – explosión” y música (véase la ‘demolición pirómana’ que conduce V) que me trajo a la mente los magníficos resultados que, con menos gasto, hubiese logrado un maestrísimo como Kubrick.


Pasando a analizar el trabajo actoral, Hugo Weaving construye un V bastante balanceado y logra transmitir emotividad y acción en la medida necesaria (si cabe cuando se trata de un sujeto enmascarado perpetuamente) sin caer en una bufonesca caricatura del Tulipán Escarlata ni un clon Tatcheriano del Vengador del Futuro. Es una lástima que mucho del tratamiento que hayan hecho de su personaje los guionistas lo ha desnudado de esa clase, heroísmo y magnanimidad que poseía como Alan Moore lo había imagino. Aunque su rol es todavía importante, al igual que en la obra original, la verdadera protagonista de la historia es Evey Hammond.


En este caso Natalie Portman trata de hacerse cargo del papel, con resultados tan variantes como su acento, sudafricano más que inglés, tristemente logrado para encarnar a la inocente – rapada – revolucionaria Evey. Y no es que Portman sea una mala actriz, pero o se ha oxidado últimamente o simplemente habíamos visto un espejismo en sus primeros y prometedores años. Aquí no se mueve con la desafectada llaneza que la vimos adoptar en la saga de Star Wars, pero deja sabor a poco en un rol muy complicado y que me hubiese gustado ver tal vez en otras manos. Y si hasta los guionistas supieron reconocer y parcialmente respetar este personaje, ya comprenderán lo importante que era no echarlo a perder.


Los demás papeles son completamente secundarios y olvidables, y si Alan Moore supo hacerlos interesantes, por problemas del pobrísimo tratamiento que se hace del material debemos conformarnos con bosquejos de personajes grandiosos como fueran el Canciller, Finch y algún otro, que quedan aquí extremadamente ajustados a sus limitaciones. Así, aunque los asignen a grandes actores, no hay mucho caso…


Cerrando ya este extenso comentario, y temiendo haber olvidado algún aspecto, o abusado de la comparación con la novela gráfica (inevitable, por cierto), trataré de cerrar las apreciaciones anteriormente apuntadas.


El equipo creativo que abordó la tarea de adaptar la obra de Moore conocía la dificultad inherente y con todo tuvo la valentía necesaria para lanzar una película abiertamente política en los tiempos que corren; eso merece algún encomio. Sin embargo, destrozaron completamente una pieza magistral del comic, tomando apenas algunos aspectos (el amigo Romeo Marta llega a sugerir hasta un plagio, podrán leer su artículo completo aquí) y armando una historia semejante pero en el fondo apenas parecida, para desagrado de los fanáticos puristas del trabajo de Alan Moore como de los cinéfilos de buen gusto en general. Otro error mayúsculo del crew fue la forma en que trataron de vender la película, perdiendo uno y otro público y atrayendo precisamente al que terminaría por abandonar la sala más pronto que tarde, el amante de películas al estilo de "Spiderman" o de las peorcitas de Van Damme.


Y sucede que no lograron balancear los elementos que pretendían tomar para adaptarlos con los que iban a aumentar o cambiar, por ejemplo ¿Para que siquiera incluir la prisión de Larkhill si iba a ser tan subutilizada? ¿Por qué no hacer del líder el demente que amaba con desesperación a su computadora pero no se inmutaba ante la muerte de miles de sus compatriotas, que aparece en la novela gráfica?, ¿Por qué no mostrar lo peligrosamente cercanos que estamos a la realidad concebida por Moore para su distopía hace más de 20 años y hoy muy vigente? Estás y muchas otras interrogantes todavía me persiguen en estos instantes.


“V de Vendetta” pudo haber sido un clásico de la ciencia ficción cinematográfica, pero tenemos lo que tenemos y no se puede pedir más a nuestra desvencijada industria del cine. Con guiños solamente comprensibles para los fanáticos empedernidos de la novela gráfica, referencias al punk británico, algún pellizco inocente a la forma de hacer política que hoy está de moda en el primer mundo, su flirteo apologético con un mal planteado “terrorismo”, la edulcorada epifanía final de V, y otros elementos similarmente incongruentes casi lado a lado, comprendemos la muy debilitada homogeneidad y consistencia que presenta el film.


Así, desde los Stones hasta el pastiche Benny Hilliano nos encontramos con una película muy pasable, dada a las medias tintas pero que finalmente demuestra ser una muy viciada variación de una grandiosa obra maestra escrita por el inconmensurable Alan Moore; a pesar de todo valiente por atreverse a lanzar algo con un acento indiscutiblemente político al mainstream cinéfilo (abriendo camino para una, ojala mejor, adaptación de “The Watchmen”, supuestamente ya en pre producción) y haciendo finalmente, de lo que podría haber acabado siendo una villanía tan atroz como “The League of Extraordinay Gentlemen" un mucho más amortiguado desastre que peca por no alcanzar el listón tan alto que suele poner cualquier obra de la “Gran Barba de Northampton”.


A pesar de todo, Alan Moore siempre ha dicho que no importa cuanto se 'carguen' a sus creaciones con traducciones fílmicas insufribles, estas seguirán incólumes en el estante, esperando ser descubiertas en su verdadera gloria. Y eso voy a hacer ahora mismo.

4 comentarios:

G. Siles dijo...

Con todo el riesgo de dar un comentario simplón, y considerando que soy del tipo de espectador que no se leyó el comic ni tampoco presté atención a lo de los Wachowsky, he disfrutado bastante de la película.

Evidentemente el punto de vista de los seguidores del trabajo de Moore siempre va a ser diferente, más o menos exigentes, más o menos criteriosos, o como Romeo, siempre tan ligerito y obstinadamente polarizado.

Tu crítica entra claramente en la óptica del seguidor del trabajo de Moore, y por ese lado sin duda que los defectos te vienen primero a la cabeza, y no conforme con eso, puedes seguir encontrando mediocridades, Javier. Ya te digo, yo la valoro mucho más, y me pregunto qué hubiera sido de tu crítica si el film no hubiera tenido esa estela de comic por detrás.

Saludos!

Javier Rodríguez dijo...

Hola Almada

Es cierto, creo que de haber sido una película libre del trasfondo "Mooriano" podría estar encumbrada a la altura de clásicos contemporáneos de la ciencia ficción, como "Alien", por ejemplo.

Reconozco que me fue imposible ser más imparcial, y peor cuando Alan Moore es uno de mis ídolos personales.

Eso sí, espero no haber caído en la crítica obstinada y sin fundamentos. Aquí se trata de poner opiniones serias y mejor si fundamentadas. Ahora el trabajo del Romeo es el trabajo del Romeo, aunque tengamos algunas coincidencias en este comentario creo que yo no apalee tanto a la película, que hasta cierto punto pasó sin demasiado esfuerzo y no me tuvo pendiente de la hora o bostezando. Pero de ahí a acercarse a la gloriosa obra de Moore... Te recomiendo leerla.

Ah, ningún comentario es simplón. Toda opinión es muy valiosa y se toma aquí siempre muy en cuenta.

Gracias por el interés y la visita.

Saludos

Anónimo dijo...

Saliendome del tema y al no encontrar un correo disponible...

Veo que eres un Dylanadicto al leer tu comentario en mi blog y me pareció interesante que puedas una reseña sobre el para postearlo en mi bitácora.

Que tal escribir sobre "Mr. Tambourine Man". Deberías, como pequeña regla, mencionar el álbum en el que salio. Lo demás lo dejo a tu consideración, tu opinión del tema, del disco y sobre la versión mas conocida hecha por "The Byrds".

Por supuesto ira adjunta con la letra traducida al estilo "idioma de Cervantes", por lo que el artículo no debe ser muy extenso.

Bueno espero te guste la idea, si es así espero mandes tu reseña (rocko.bo@gmail.com).

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Quién dijo polarizado? ¿Y ligerito mas de paso? ¿Quien quien?, ¿que paso?, ¿sera algun videaste ofendido, una artista venido a menos?, ¿un cochala con aires de sabiduria?, o alguien que no le importa ni Moore ni los Wachowsky y sin embargo puede opinar sobre la polarización de una nota sin referencias alguna, mas que la peli.
De la cara, mr. Almada de noche, de la cara, "so we can see the hypocrit side of ignorance".
Romeo