miércoles, julio 09, 2008

En defensa de César Brie

“… en todos los pueblos que han vivido sofocados por una esclavitud de siglos, pervive el odio teológico a la inteligencia y el terror jesuítico al pensamiento libre. Se necesita ser un apasionado de las ideas y de la verdad para atreverse a pensar libremente—y escribir—en semejante medio.”
Carlos Medinacelli (1899-1949)


Todavía me cuesta creer que César Brie, el ayer aplaudido y aclamado director del afamado Teatro de los Andes, uno de los pocos artistas que viven en Chuquisaca reconocidos nacional e internacionalmente, que ha llevado en alto el nombre de nuestro país por el mundo y que era hasta hace no mucho tiempo considerado hijo pródigo de la Ilustre Ciudad[2]; sea hoy atacado, acusado y amenazado de la manera más ruin y procaz.

La razón es por todos conocida: además de escribir algunos artículos en los que denunció el régimen de intolerancia imperante en la Ciudad Blanca, Brie se atrevió a narrar con detalle el atropello ocurrido el 24 de mayo en el documental Humillados y ofendidos junto a Pablo Brie y Javier Horacio Álvarez. Allí mostró, entre otras muchas cosas, que la agresión que sufrieron los campesinos e indígenas chuquisaqueños no fue solamente un acto de violencia política, sino que tuvo un fuerte componente de violencia racial[3] y, quizá más importante aún, señaló la responsabilidad de más de uno de los miembros del Comité Interinstitucional en estos hechos aciagos. Más que ninguna otra cosa, Humillados y ofendidos denunció la actitud de una parte importante de la ciudad que no quiso o no supo repudiar con suficiente fuerza lo sucedido aquél día, ya porque tácitamente apoyó lo ocurrido o bien porque sintió miedo de disentir públicamente en una ciudad donde ya no es posible pensar diferente (de ello da fe, por citar sólo un ejemplo, la golpiza que recibió recientemente el diputado oficialista Wilber Flores).


En palabras de Brie:
[Vi] una multitud enfervorizada y ensañada, agresiones a inermes, miembros del Comité Interinstitucional dirigiendo las personas en el estadio, uno de ellos riéndose mientras ve cómo arrean y golpean a los campesinos. También se escuchan voces defendiendo a los vejados[4].

¿Se le ataca por esto? ¿Es su denuncia una “injusta y desleal actitud (…) contra la población de Sucre”[5]?

La primera acusación contra Brie raya en el cinismo y la ignorancia, pues se le acusa de haber “montado” las escenas de Humillados con el fin de, primero, mostrar a Sucre como una ciudad racista y retrógrada y, segundo, responsabilizar de los hechos a los miembros del Comité Interinstitucional. Baste decir en defensa de César Brie que muchas de las más crudas y reveladoras secuencias de Humillados son tomas completas y que aún exhibidas individualmente o en distinto orden provocarían el mismo repudio e incriminarían a las mismas personas[6] (y si los enemigos de César no están de acuerdo con esto los reto a demostrar lo contrario). Para sus enemigos, las indignantes escenas de palizas y abusos son sólo “teatro oficial”[7]. César Brie no niega que Humillados es su versión de lo ocurrido; frente a ello, sin embargo, sus detractores no han sido capaces de narrar de otra manera la historia del 24 de mayo. Por poner sólo un ejemplo, no han sido capaces de encontrar en las varias grabaciones a los supuestos infiltrados masistas a los que se refieren constantemente, ¿tendremos que pensar que César Brie los borró recurriendo a efectos especiales?

Los acusadores de César Brie lo llaman “enemigo de todos los sucrenses”, cuando éste dice más de una vez en sus textos que hay sucrenses que no son partidarios ni del terror, ni de la violencia ni de la intolerancia, y que el 24 de mayo varios de ellos intentaron defender a los indígenas (“También se escuchan voces defendiendo a los vejados”). Al final de Humillados se escucha el testimonio de un joven que dice que dice “[ellos] no son gente del pueblo (refiriéndose a los agresores), nuestra gente ayer decía “basta”, no humillen a nuestros hermanos campesinos, no humillen al que piensa diferente, no hagan esas barbaridades, esas atrocidades…”

Sostienen sus calumniadores que César Brie está completamente parcializado a favor del MAS. Aunque las inclinaciones políticas del artista son conocidas (y esto no debería ser motivo de condena alguna), él ha sido enfático al sostener que en lo sucedido en Sucre tanto en noviembre como en mayo tiene también responsabilidad el Gobierno. No puede explicarse sino que sostenga que “los errores del gobierno y su escasa vocación democrática han colaborado a popularizar este fascismo”[8] (refiriéndose al clima de intolerancia y agresión reinante en Sucre). Sus detractores fundan sus acusaciones en que Humillados y ofendidos fue transmitido solamente por Televisión Nacional (salvo en Sucre, donde fue censurado), César Brie responde que envió el documental a cuatro televisoras y que sólo ésta accedió a pasarlo.

Los que atacan a César Brie no hacen un esfuerzo por demostrar que lo que dice no es cierto (es, dicen, algo que no vale la pena), prefieren cambiar de tema en lugar de responder a sus denuncias y lo acusan, por ejemplo, de no haber filmado los hechos de noviembre, siendo que el artista se encontraba fuera del país; recurren a la calumnia al afirmar que recibió dinero del MAS, algo que, claro está, no pueden probar; o, lo que es aún más vergonzoso, lo acusan de racista sólo por ser argentino (algo que, dicen, es imperdonable), con lo que demuestran de paso su escaso raciocinio.

Como si esto no fuera suficiente, se acusa a César Brie de inmiscuirse en política siendo extranjero y se lo amenaza con correr la suerte del “peruano Chávez”[9], cuando Humillados y ofendidos es, antes que nada, una denuncia de una flagrante violación a los derechos humanos. No es la primera vez que César Brie hace un trabajo de denuncia, lo había hecho ya en sus obras En un sol amarillo, memorias de un temblor y en Otra vez Marcelo; por ello, no deja de resultar paradójico que sea justo ahora que se recalque su condición de extranjero, haciendo gala, dicho sea de paso, de un chauvinismo y un provincianismo patéticos. A los detractores de César Brie habría que recordarles que también Luis Espinal era extranjero y que lo era también, qué paradoja, el mismísimo Mariscal Antonio José de Sucre.

Concluyendo, los detractores de César Brie no son capaces de seguir una discusión razonada, se entregan fácilmente a la descalificación, al insulto torpe y la calumnia; a diferencia del director del Teatro de los Andes, han perdido su independencia y honestidad intelectual y se han convertido en voceros del establishment; sus argumentos (si puede llamárseles así a esta sarta de retruécanos y difamaciones) carecen de elegancia y de la mínima coherencia. Al intentar ensuciar un nombre que por su trayectoria es difícilmente ensuciable dan un tristísimo espectáculo; su única disculpa podría ser, si tratamos de no pensar mal, que actúan nublados por la furia que dejó noviembre en Sucre.

[1] Becario boliviano en El Colegio de México (http://www.colmex.mx/) donde cursa la licenciatura en Política y Administración Pública. El autor vivió algo menos de dieciocho años en Sucre.
[2] No me voy a referir a Sucre como la Culta Charcas porque “culta” es una adjetivo cada vez menos pertinente para esta ciudad. No es sólo una cuestión de intolerancia política, como bien muestra César Rojas Ríos La ciudad Vagón, los hilos negros de la ciudad blanca, la producción artística e intelectual de Sucre ha ido declinando paulatinamente. Como era de esperarse, Rojas Ríos es un académico detestado en Sucre por su franqueza.
[3] En este punto no estoy de acuerdo con lo sostenido por la redacción de Pulso en su nota titulada “Chuquisaca en su hora crucial: radiografía de la región más polarizada del país”.
[4] César Brie, “Respuesta a los argumentos de Mier”, Correo del sur, 2 de julio de 2008.
[5] Rodolfo Mier Luzio, “Al César…”, Correo del Sur, 4 de julio de 2008.
[6] Es terriblemente absurdo sostener que las imágenes en las que se ve a Fidel Herrera mirando plácidamente la agresión y comprometiéndose a ir a la plaza más tarde (minutos 30 y siguientes) son “montadas”. La locación, la luz y el tipo de filmación son las mismas que las que segundos antes lo muestran caminando junto a la turba.
[7] Rodolfo Mier Luzio, “Teatro oficial”, Correo del Sur, julio de 2008.
[8] César Brie, “Sucre, capital del racismo”, artículo que circuló por Internet.
[9] Mier Luzio, “Al César…”.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

En defensa de Cesar?....komo defender a gente que vive a cosata de nuestra gente boliviana...estranjero...a su pais...ahora ke las investigaciones estan avanzando que sake otro de sus famosas recopilaciones de tomas...para ver kien es en verdad los racistas...los sucrenses o gente de afuera....a mi parecer hizo ese colage de imagenes afanado en su estado natural sumerjido en la marihuana que consume...en YOTALA...

pablo r. dijo...

Qué triste. Tu comentario se descalifica solo. ¿Será demasiado pedir qué se piense un poco antes de escribir?

Anónimo dijo...

realmente hay que tener un hueco en la cabeza para pensar que Brie se animaría a hacer una denuncia de ese calibre sin pruebas, peor aún "montando" imágenes... como alguien dijo "aquí todos miran la paja en el ojo ajeno en vez de ver la pija en el culo propio".

es verdad que el nuestro se está convirtiendo en un país deforme, mutante, donde si dices en voz baja tus vetas políticas o si reclamas justicia... estás listo y cabalmente ajustado para ser el muñeco linchado, el pretexto, la cara del "odiado" y lo más imbécil de todo es que las cabezas en esta turbulencia de asnos, que piensan "heroicamente" que nuestro país "no tiene racismo" (Cayetanos, Claudios Lechines y cia.)o que "toda, toda, todita la culpa es del gobierno" es cada vez mayor, epidemia de estupidez y ceguera en Bolivia.

Hunther Thompson dijo...

Con todo respeto, el post encaja en el perfil de diseccionando musas? Opiniones como las de cualquiera de acuerdo pero dentro del rubro definido (arte, cultura).

pablo r. dijo...

No veo porque no. Primero, no es la primera vez que en Diseccionando tocamos un tema relacionado directa o indirectamente con política. Segundo, no creo en la (artificial) separación entre política y arte/cultura. No es que sean lo mismo, pero el caso de Humillados y ofendidos es ejemplo de cuán relacionados están.

Saludos,

Rodrigo Antezana Patton dijo...

Tu artículo está bien equilibrado.
Tal vez se podría atacar alguna oración de tu muy bien planteada defensa; pero ¿qué se lograría diciendo que 'aquí' o 'allá' manejas una generalización aglutinante--o sea, hablas de 'todos' cuando, en busca de precisión, deberías hablar de 'x' o 'y'? Por mi parte prefiero celebrar tu defensa--sabes que ni remotamente voy a estar de acuerdo con el Brie, que es un ultra izquierdoso, con talento, pero de esos--y recordarles a los acusadores de Brie que pueden afilar sus 'ataques' con argumentos. Con lo acontecido en Noviembre, estos deberían sobrar; pero también, ¿por qué no?, ¿no creen justo asumir algunas culpas?, ¿no creen los anti-izquierduchos que lo de Mayo--aunque tenga su lado positivo, ya que no vivimos en un mundo de blanco y negro--también fue un error?, ¿que se debió pedir disculpas y festejar la ausencia de tragedias mayores?, ¿no valía la pena--políticamente hablando--de hacer un mea culpa?

La estupidez del gobierno da munición de sobra a cualquiera que deseé atacarlo, entonces, aprovechemos, en vez de darles a esa convención agromegálica de dirigentes en gobierno siquiera la posibilidad de acusar a la oposición de algo.

Creo que sí vale un 'mea culpa', también, junto al recuerdo de Noviembre, junto a la acusación al gobierno, junto a todo lo que puedes decir en contra de ellos, reconocer el error propio--y qué difícil es hacer eso entre tanta bronca!

Perdona la cháchara, Prrr-Prrr, aprovecho para dirigirme a los otros. Lo que deseaba decir, el motivo de mi intervención, es señalar que la otra vez hubo un enfrentamiento en Sudáfrica, conocida como un país racista. Hubo problemas con los inmigrantes de Zimbawe, hubo ataques a ellos, asesinatos, golpizas, en fin, tremendo lío. Nadie habló de racismo, ¿por qué? Pues porque pelearon negros contra negros, no podía ser racismo. Buscaron otra palabra, y la encontraron, 'xenofobia'. Así que calificaron al incidente de 'xenófobo'.

En Sucre, ¿qué raza peleó contra cuál otra?, ¿acaso Sucre es una ciudad aria desde hace décadas?, ¿acaso es la primera vez que indígenas campesinos visitaban la ciudad?, ¿acaso no había/hay una convivencia diaria entre gente de ciudad y del campo?

El evento en Sucre, con clasismo, con racismo, con todo lo que quieras, es primordialmente político, y, por ello, un efecto de la torpeza y agresión constante del gobierno. Así. Clarito.

Pensar, sí, evitar otro evento similar, sí, hacer un mea culpa, sí. Pero no olvidar ni por un instante 'efecto' de qué fue lo de mayo, y señalar con el dedo al gobierno.

Anónimo dijo...

Al César Brie deberían botarlo del país...por haber participado en Evo Pueblo..."Zanahoria o palo"...:)

Anónimo dijo...

Me parece acertadísima la negación (asi lo entiendo yo) de la separación entre arte y política, claro esta, que eso pasa por posiciones personales, que es la dimensión mas interesante y donde se debe hacer incidencia, ya que en ‘enero’, ‘noviembre’ y ‘mayo’, etc. poco se han juzgado las actitudes individuales de sus lamentables actores, que despojándose de sus identidades ciudadanas, universitarias, profesionales, etc, han dejado salir a unos seres por demás salvajes, desde mi criterio ese es uno de los principales problemas por los que atraviesa el país, la falta de formación real, una formación –que va más allá de la educación- que genere un verdadero ejercicio de libertad y permita cuestionar cada uno de nuestros pensamientos y principalmente acciones.

La cuestión de las generalizaciones es evidentemente peligrosa, pero caemos en lo mismo con ‘la estupidez del gobierno’, que no ayuda para nada a reflexionar el problema y las actitudes de ciertas autoridades.
Con respecto al racismo, talvez no se trata de razas, si no mas bien de clases, considerando esta categoría solo con fines de analíticos, si esa es nuestra pretensión, de lo contrario seguimos en la nebulosa ...


Rosse Prieto

Anónimo dijo...

y repito: lo más imbécil de todo es que las cabezas en esta turbulencia de asnos, que piensan "heroicamente" que nuestro país "no tiene racismo" (Cayetanos, Claudios Lechines y cia.)o que "toda, toda, todita la culpa es del gobierno" es cada vez mayor, epidemia de estupidez y ceguera en Bolivia.

Anónimo dijo...

Aguante ahí, musodisecante.
Brie es una institución nacional.
Lo que le hagan, o quieran hacer (que entre una y otra cosa hay nomás su distancia), a nosotros nos lo hacen.
We shall overcome (léase con voz de Boss)

jf

Anónimo dijo...

MIERDA QUE ESE BRIE ES UN IDIOTA ESTUPIDO SEGURAMENTE LAS DROGAS Y EL ALCOHOL LO VOLVIERON IDIOTA , EL PROBLEMA DE LA GOLPIZA A CAMPESINOS NO FUE ALGO RACIAL SINO IDEOLOGICO Y SI ME VIENEN A DECIR QUE NO EXISTE TOLERANCIA A LOS QUE PIENSAN DIFERENTE QUE EL HIJO DE PUTA DE BRIE VEO COMO LOS INDIOS DE MIERDA DEL MAS BLOQUEAN Y CERCA, NO SOLO AHORA SINO ANTES QUE SE VAYA ESE INUTIL AL ALTO

Sunless Tanning Spray dijo...

Me parece unba informcion muy interesante bacerca de la situacion de Cesar y muy clara asi la gente podra ver que piensan realmente.

Best Sunless Tanning dijo...

No conocia de esta situacion de Cesar me parece muy interesante y clara.

Buy Cialis dijo...

Me parece una situacion muy interesante ya que no la conocia espero que todo se resuelva de la mejor manera.